28 de julio de 2013

Crónica: Miss Caffeina, acústico en la sala ContraClub. Gusto por la música.

Buena voz y arreglos muy acertados completan un concierto íntimo de una calidad espectacular.


Qué más da el tamaño de la sala, lo importante era la música. Y cumplieron, cumplieron con creces.


La encargada de amenizar la velada y calentar al personal fue Francisca Valenzuela, una simpatiquísima cantante, escritora, compositora… a la que descubrí por el cartel del Arenal Sound de este año y a la que me ha encantado ver en directo. Una de sus particularidades es que no se apoyó en ninguna guitarra; dos teclados, una batería y su voz fueron más que suficiente para convencer al público y para hacernos bailar y reír con el rabo del Buen soldado. Un muy buen descubrimiento.


Llegó el turno de Miss Caffeina. Alberto salió serio, como siempre, este chico nunca sonríe. Aunque, desde luego, mientras cante así puede estar todo lo serio que quiera. Abrieron con Disfraces. Y hay que destacar que era un acústico, con lo cual los cambios y los arreglos estuvieron presentes en todas las canciones, y en muchas hasta las mejoraron, porque ya me diréis, ¿es mejor escuchar la voz limpia del cantante o una atronadora batería? Me quedo con lo primero. Hay tipos y tipos de conciertos, pero en los acústicos se ve mejor la calidad de un artista o de un grupo, está más expuesto. Alberto no titubeó, os podéis ver cualquier vídeo suyo con su voz y una guitarra… Aunque las canciones marchosas me gustan, como Hielo T, es imposible no apreciar y no admirar su talentosa voz y su gusto al versionar las canciones para el acústico. Impecable.


El mismo Alberto se quejó de que estábamos algo fríos. Simplemente le teníamos respeto, no podíamos lanzarnos a cantar porque había cambios en los tonos y lo importante era escucharle a él. Tengo que destacar los dos dúos que hicieron él y Francisca Valenzuela, sobre todo Buen soldado, donde sus voces se compenetraron a la perfección.


A partir de este punto el concierto fue hacia arriba, sobre todo después de que sonara Venimos y Mecánica Espiral, las que pudimos seguir sin ningún cambio a las acostumbradas en el disco y nos lanzamos a corearlas.

Hay que resaltar también cómo llegó a los tonos altos de MM. Con qué facilidad lo hace.

Lo disfrutamos mucho, aunque Alberto sea serio, es cercano y agradable, el punto de buen humor y simpatía lo puso su guitarra: Sergio Sastre. ¡Qué chico más majo!

Obviaron el paripé de salir y volver a entrar, algo muy de agradecer, y acabaron con Hielo T. Que para los que piensen que en acústico puede perder, nada más lejos de la realidad. Este concierto fue de sobresaliente.
¡Juzga por ti mismo!

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