16 de julio de 2014

Reseña: Heridas abiertas, de Gillian Flynn. Truculento.


Un thriller ameno para el verano, me dije. Olvidé que es Gillian, o dudé de que era Gillian, y que entre mis manos tenía una historia familiar siniestra, unos asesinatos… sin respuesta y una protagonista perturbada. Muy Gillian. Muy escalofriante. Muy adictivo.


Empezando por lo típico, Perdida me encantó —estoy deseando que se estrene la peli de David Fincher, no podían haber elegido un mejor director—. Con lo cual tenía curiosidad por conocer el debut de esta autora, si se había alejado, si había mejorado… Ya tengo respuesta, fácil. No se ha alejado del estilo, para nada, thriller en una América profunda (digamos que se puede nutrir una temporada de True Detective), con personajes atípicos llenos de carga dramática y con una importancia espeluznante de la figura de la familia como ente. Me gustaría saber qué tal se lleva la autora con sus padres, o con su madre, porque las figuras femeninas de sus dos novelas… Freud tendría trabajo.

Heridas abiertas —un título inmejorable, después de leerse el libro— comienza con una periodista, más bien tirando a mala, de un periódico cualquiera de Chicago a la que encomiendan un reportaje: cubrir el asesinato de una niña que ha tenido lugar en el pueblo donde ella misma se crío, y donde vive su familia. Camille, la protagonista, no le gusta la idea de volver y enfrentarse a ellos, pero decide ser profesional y aceptarlo. Claro, que luego descubrimos que su madre, diciéndolo de manera suave, pasaba de ella y ella de jovencita se autolesionaba tanto, tanto que tiene el cuerpo lleno de cortes formando palabras que se escribía. En fin, la carga dramática.

El recurso de Gillian, que mantuvo en Perdida, es darnos la información paulatinamente. Parece obvio, pero no. Me refiero a que nos presenta el caso, su familia, todo normal con sus roces… Para luego sumergirnos ya más en los miedos, las tensiones y el pasado. Sí, sigue siendo obvio. El mérito de esta autora es que es de lo más natural. Porque está escrito en primera persona, y aunque al principio es subjetivo y frío, luego tienes una perfecta imagen global muy bien descrita, influenciada por la protagonista sólo en parte. Queda claro que una persona no te habla y te cuenta su vida pasados unos segundos, esto es igual. Mantiene la coherencia en todas las situaciones, los pensamientos de la protagonista y cómo interactúa con el resto de los personajes.

Y es que el resto de los personajes tienen tela marinera. Son todos unos raritos, empezando por ella. Nada más llegar al pueblo el jefe de policía le dice que han mandado un inspector para que lleve el caso. Eso olía a romance desde lejos. Así sucede, pero no romance, sólo acercamiento… corporal. Que otra autora los hubiese casado. Richard, este inspector, se mantiene en un discreto segundo plano, es un secundario —no vamos a negarlo— remplazable y prescindible. De hecho, no se comporta con Camille como debería. A mí no me ha gustado. La madre de Camille, Adora, es… escalofriante. Vuelve al estereotipo de las rubias, amas de casa, con una cuenta corriente de muchos ceros. En fin, Gillian. La madre es… desde el principio creí que era la asesina, con eso lo digo todo. Y completamos el círculo con Amma, su hermanastra. Una niña de trece años que no tiene de niña nada. Despiadada y perversa. Refleja a través de este personaje la maldad de las populares guapas del instituto. Algo que todos conocemos pero con un toque de escalofríos.

Porque ya se puede admitir, por si Perdida nos dejó alguna duda, que Gillian maneja el lenguaje y las estampas siniestras a la perfección. Es casi tangible sin necesidad, prácticamente, de descripciones. Brutal y siniestro. Me encanta.

Por lo tanto, recomiendo a esta autora. Recomiendo este libro. Recomiendo Perdida. Porque deja de manifiesto que no hace falta ser noruega para hacer un buen thriller. Que no hacen falta bosques, ni frío. Estados Unidos, sobre todo el sur, da suficiente miedo si empleas los elementos adecuados. 

Aunque no he empatizado con la protagonista sólo puedo admirar a la autora por lanzarse, en su primera novela, a hacer un personaje tan complejo. Que se autolesiona, que perdió la virginidad con cinco tíos… Compleja y extraña, y perfecta y coherente con lo que nos cuenta. Distinta e inolvidable. Porque esta novela te atrapa, es adictiva y, en cuanto entras en el bucle de acontecimientos de ese horrible pueblo, ya tienes que llegar a la última página. Y es, justamente, eso lo que espero de un libro como este; que este bien escrito, que sea coherente, que aporte una pizca distinta al género y que me guste. Objetivo cumplido.

¡Juzga por ti mismo!

3 comentarios:

  1. A mí Perdida también me gustó mucho y este ya lo tengo esperando en la estantería, tiene una pinta estupenda
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Hola! La verdad es que no me llama demasiado la atención pero no lo descarto del todo. Gracias por la reseña, besos!

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola! Hay unos detalles que mencionas que no me agradan, pero jamás me puedo resistir a un crimen y un misterio. Lo anoto para leerlo en un futuro.

    Gracias por la reseña, un abrazo.

    ResponderEliminar

Copyright © 2014 No me gustan los números