Critica: Boardwalk Empire, 5º y ultima Temporada. Final poetico y a la altura.

Todo imperio tiene un final. Era complicado, o fácil según se mire, cerrar la serie de Terence Winter. Pero ha terminado de manera más que digna.

Han sido cuatro maravillosos años y cinco temporadas estupendas. Sólo tengo palabras buenas para describir esta serie que considero que está algo infravalorada. La sombra de Los Soprano es grande y poderosa, pero Boardwalk Empire no le tiene nada que envidiar. A su manera es también una gran serie de mafiosos atemporal, lujosa y con un reparto admirable.

Y nos ha dicho adiós. Esta quinta temporada ha sido espectacular. Desde el primer capítulo nos preparaban para lo peor, para despedirnos de los personajes uno a uno, porque han ido cayendo como moscas. Cerrando temas. El recurso narrativo de los flashbacks, que a primera vista podría resultar perezoso, se ha convertido en algo con clase, muy muy cuidado. En esta temporada hemos conocido desde que Nucky era un niño a cómo ha llegado a ser quien es, cómo empezó todo. Aprovecho para alabar el trabajo de imitación que hace Marc Pickering encarnando al joven Enoch.

El caso es que después de una temporada tan brutal como fue la cuarta, aunque puestos a pensar lo han sido todas, que nos dejó tantos interrogantes, los guionistas tenían mucho trabajo. Trabajo que han hecho a la perfección con grandes momentos de tensión, como ese encuentro entre White y Narcisse; o el intercambio de rehenes del capítulo siete con el hijo de Eli por un lado y Siegel por el otro.

Para que hubiese tenido un diez tendrían que haber matado a Margaret. Es un personaje casi bipolar y el menos cuidado de los protagonistas. No la entiendo y nunca la entenderé. Al principio fue ingenua, luego apoyaba a Nucky, luego lo odió y se volvió religiosa, luego otra vez ardiente y astuta cuando estuvo con Slater de la tercera temporada, luego digna y resignada, y en esta temporada hemos vuelto a ver a la Margaret astuta merecedora del mejor Nucky. En fin, por qué acaba siendo rica y yéndose de rositas.

En la cuarta también le vimos, pero en esta Capone tiene mucho peso. Aunque sabíamos que iba a acabar en la cárcel, respetando la historia real, nos ha dejado números momentos que nos acompañarán en la memoria. Gran trabajo de Stephen Graham. Y por reseñar alguno, el que comparte con el gran Michael Shannon, que es casi tan memorable como aquella escena de la plancha. Madre mía, Nelson ha sido mucho Nelson.

Por recalcar algo de esta temporada, me ha gustado mucho el guardaespaldas cubano. Ese personaje se merece un spin-off.

Y quién nos iba a decir que el imperio se lo iba a quedar quien se lo queda. ¿Os acordáis cómo empezaron, que eran unos mindundis en la primera temporada, unos mandados? Espectacular la evolución de ambos. Sobre todo de SPOILER Luciano.

El final ha sido redondo, cómo con los flashbacks conocíamos a la joven Gillian y cómo se encontró con Nucky para culminar todo en esa escena tan poética y metafórica. Empezando y terminando, un círculo perfecto, de la mano. Obra de arte televisiva. No me cansaré de recomendarla. Y la echaré de menos.