16 de enero de 2015

Camino de las estatuillas: Crítica de Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia), de Alejandro González Iñarritu. Un éxito.


Sin saber qué te vas a encontrar cuando entras en el cine, al salir lo haces satisfecho después de una buena historia, un potente elenco y una filmación que roza el arte.


Birdman es más de lo que aparenta ser, los trailers son algo ambiguos, pero los premios y las nominaciones están completamente justificadas. Es una peli rara en el sentido positivo de la palabra. Faltaba una película así, con un guión así, unos personajes así y grabada así.

Birdman o Riggan, Michael Keaton, es un actor que fue protagonista de una saga de superhéroes, y ahora, en su madurez, quiere demostrar su talento adaptando, dirigiendo e interpretando una obra clásica en Broadway. Esa es la versión resumidísima. Los matices son interminables, pero para intentar narrarlos se puede decir, sin destripar la película, que oye voces, la voz de Birdman que le dice que vuelva, que está perdiendo el tiempo con esa obra. También tiene poderes, o eso nos hace pensar, la línea de la realidad y la imaginación permanece difusa hasta el final. También tiene una hija exdrogadicta, que ahora es su ayudante, y se culpa de no haberla hecho el caso que necesitaba. En fin, es complejo como todo lo bueno.

La garra de esta historia es su guion afilado y la forma en la que está grabada. Eso la hace distinta, notable, especial. Iñarritu ha conseguido que la película parezca un gran plano secuencia, con escenas largas, de las que los actores comentan que tuvieron que dar lo mejor de sí, y montajes cuidados, para crear una gran metáfora. Ingredientes idóneos cuyo resultado es inmejorable, una fluidez, un ritmo, una diversión…

Por otra parte tenemos el guion, además de lo obvio, de la trama, es capaz de profundizar en los miedos del artista, el ego del actor, en la cómoda visión de un crítico, en las opiniones del público “generalista”… Todo con un ingrediente estrella: la ironía, el sarcasmo, el buen humor, la verdad. Simplemente es perfecto, es real, cómo retratan a los críticos, no se me va a olvidar en la vida esa escena en el bar que tiene Michael Keaton y la crítica del New York Times, el discurso de las etiquetas, de la irresponsabilidad, de estar sumergido en tu trabajo sin ver el esfuerzo del de los demás.


Punto y aparte se merece el personaje y la interpretación de Edward Norton, porque el talento que desprende Michael Keaton es obvio, ya se ha llevado premios. Pero desde aquí quiero revindicar el de Edward Norton, su personaje es, es… ¡sin palabras! Y su interpretación está a la altura de la que tuvo en El club de la lucha. Es el mejor Edward Norton de lejos. Y además de por tener buenas líneas es por estar bien dirigido. Mítica es ya la escena en la que se pega con Michael Keaton en calzoncillos. En fin, no puedo mencionarlas todas, simplemente cada detalle, cada fotograma en el que aparece es genial.


Si me pongo a pensar mencionaría casi cada una de las escenas. Quiero verla otra vez. Empaparme bien. Porque es una película de estar atento, de diálogos cruzados, de dobles escenarios.

Por decir algo negativo, Emma Stone no está todo lo bien que me esperaba. Es subjetivo, es mi opinión, pero al estar tan nominada me esperaba algo más. Sólo la vi brillar fugazmente en la discusión que mantiene su personaje con Reggan.

Más puntos a favor, por ejemplo reformular la comedia. Hay un escena que pensé: “si esto fuera una comedia de Ben Stiller, le pasaría tal cosa”. Pues bien, el caso es que le pasó a Michael Keaton, pero lo reinventaron, tomaron lo divertido de un golpe de humor clásico y lo convirtieron en iba a decir arte pero suena petardo y vago, así que voy a decir comedia de la buena.

Vale, Naomi Watts también está muy bien. Porque el director de casting se merece un pedestal. No puede haber elegido mejor a los actores.


El final de la película puede resultar predecible, y cuando te crees que ha terminado, que ya está, aparece un guiño valiente dentro de la coherencia de la trama, un guiño que algunos no han entendido, y no entiendo qué no entienden, porque es Birdman.


¡Juzga por ti mismo!

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