19 de mayo de 2015

Crítica: Mad Men, séptima temporada. El fin de una era.


Mad Men ha puesto su punto y final. Esta gran serie ha terminado, dejándonos una última media temporada algo agridulce. Se han perdido en el camino.

No se trataba solo de cumplir las altas expectativas de los fans. En Mad Men los guionistas han jugado con nosotros. En la sexta temporada nos pusieron un caramelo, muchos interrogantes, al principio de la séptima ese caramelo se convirtió en piruleta y, en la segunda parte de la séptima, en los últimos dos capítulos, de esa piruleta no quedaba más que el palito.

Nos han vendido humo, y no sé si es genial o sentirme timada, porque Mad Men (dejando aparte la calidad y el hito que ha marcado en la televisión) representa un gran spot: han creado un producto intangible, han hecho que lo necesitemos, nos han implicado emocionalmente, nos han vendido su historia y nos han regalado —para que nos sintamos listos— una falsa idea trascendental que motiva a las personas y hace que luchen por sus sueños (por supuesto no podía faltar una sintonía y es ese Id like to buy the world a coke, aunque sea idea de Don Draper).




Me esperaba un final más narrativo, más real, y no lo ha sido. Esta temporada ha sido la más onírica y poética, que sí que es parte del estilo, pero se trataba de cerrar tramas. Mi mente perversa y publicista me dice que la serie la ha pagado Coca-Cola. Ahora, con el final, se baraja que Don Draper sea Bill Backer, que sí que suena igual, pero estoy harta de teorías judeomasónicas. Chicos, nos la han colado, nos la han colado todo el tiempo. Así es la publicidad, parece que saben de lo que hablan, que tienen argumentos, una coherencia, pero no. Solo quieren que nos quedemos sentados en el sillón. Y hemos vuelto a caer.

Yo lo tengo claro, no tengo más que repasarme la crítica que hice de la sexta temporada, donde los derroteros eran completamente distintos. ¿Os acordáis de Bob Benson y de las teorías de que era Don Draper de joven? Yo me acuerdo de Bob Benson, cómo creció la relevancia de este personaje para luego… esfumarse en la séptima temporada. Igual que se ha esfumado la importancia de Ted.

Me ha gustado cómo han acabado formando parte de McCann, cómo han caído ellos mismos en la espiral de buenas intenciones y de sueños. Bah.



No quiero desprestigiar esta serie, porque es indudable su calidad. Simplemente quiero desmitificarla, creo que argumentalmente no es para tanto. Sí, Don Draper es un gran personaje, pero le habíamos calado desde hace tiempo. Su negativa a la felicidad, su acérrimo inconformismo porque no se sentía merecedor. Lo teníamos calado. Lo que me molesta es que nos han ido dando pistas contradictorias, han jugado con nosotros. En la primera parte de la séptima el tono es casi trágico, auguraba un mal desenlace. En esta séptima está… sin mujer, sin muebles en su casa, está sin nada, hasta toca las ventanas de McCann, todo apuntaba a un posible suicidio. Pero no, siente la chispa de la vida, destapa la felicidad Y el claim de Coca-Cola se hace tangible. Hasta nos ponen el anuncio. Que lo hace Don, perfecto. Que vuelve a ser creativo, genial. Que me siento timada, también.


Además ya no es solo que la historia de Don me convenza o no. Es que han cerrado las tramas de todos los personajes importantes muy forzadamente. Lo que más me chirría es lo de Peggy, ella quiere demostrar que puede dedicarse al trabajo, que como mujer es lo que ha elegido, solo busca reconocimiento, sentirse valorada profesionalmente; entonces, joder, ¿por qué la emparejan con el que tiene más cerca? Es como si no pudiera terminar siendo lo que es, como si los guionistas la vieran como una perdedora y la tuvieran que poner un maromo al lado… ¡venga hombre! Y el resto todos felices, menos el personaje más odiado de la serie, ¿cómo se llama eso? Lo de agradar a los fans. Pues eso, a ese personaje sí le matan… porque no ha bebido Coca-Cola. 



Lo que más me molesta es que ahora, teniendo todo cerrado, habrá quien se crea listo y justifique esta estrategia, esta teoría, que diga que toda la serie giraba en torno a buscar la felicidad. Toma, ¿y en qué vida o en qué ficción no? ¿Acaso no es lo que intentamos todos, buscar la felicidad...? Que no os engañen con teorías superficiales que este desenlace tiene muy poca chicha y muy poca coherencia con el resto de las temporadas. Aunque intente explicarlo... es que me hace una gracia. Lo encuentran hasta irónico diciendo que todos los personajes trabajaban vendiendo felicidad, pero ellos mismos no la encontraban. No, amigo, ellos son publicistas, solo nos venden conceptos, nos crean necesidades, ¿qué nos van a vender felicidad, catetos? La vida no es un anuncio de televisión, pero Mad Men sí es un gran spot, en todos los sentidos. Humo.
Tengo claro que el final de la temporada lo pensaron hace poco, no era algo premeditado, creo que hasta el último momento o hasta la llamada de Coca-Cola no sopesaron acabar como lo han hecho. Así que dejando al margen el gran trabajo estético en general, digo que narrativamente tampoco es tan buena. 



Me acuerdo cuando me enteré que esta última temporada la iban a dividir en dos y llovían las teorías. Yo sabía y dije:  ninguna despedida estará a la altura del gran Don Draper. Y, en una serie donde todo ha girado alrededor de Don, al final les ha dado miedo y no han estado a la altura. 


¡Juzga por ti mismo!

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