18 de noviembre de 2015

Reseña: Universo de locos, de Fredric Brown


Si eres de esas personas a los que les parece extraño que las palabras ciencia ficción y humor vayan juntas, este es un libro que lo ejemplifica a la perfección. Fredric Brown es un maestro. 


Lo conocí por casualidad con la lectura de Ven y enloquece, relatos muy cortitos de ciencia ficción divertidísimos y muy originales. Tenía miedo de que en formato novela se perdiera el elemento sorpresa, ya se sabe que hay autores que funcionar mejor en relatos o viceversa; dudas infundadas, porque Universo de Locos es una lectura completa y divertida que no decae en ninguna de sus páginas.

El argumento es tan simple como amplio. El protagonista es editor de una revista de relatos de ciencia ficción y un día, en el jardín de su jefe, tras el impacto de un cohete que en vez de llegar a la luna cae de vuelta a la tierra, se ve transportado a una dimensión paralela. Una dimensión donde no tarda en descubrir que está habitada por lunans (habitantes/monstruos de la luna), hay una niebla negra por las noches para evitar que bombardeen las grandes ciudades y que es la delicia de los delincuentes y que se está librando una batalla galáctica. Todo esto lo descubre poco a poco, evidentemente. 

Brown combina a la perfección el humor, lo absurdo, con una base teórica científica, todo cuadra y aunque suene raro es coherente. Con la explicación del final deja todo cerrado coherentemente. 
Lo que más me gusta del autor es el manejo que tiene del lenguaje, la ironía, y cómo maneja la información. Al principio parece el sueño de un loco, de hecho la frase "este es un universo de locos" aparece varias veces en la novela. Pero luego todo tiene sentido, hay un porqué que satisface en un desenlace lineal y aún así sorprendente. Me encanta.

Los personajes son muy de la época. Esta novela fue escrita en 1949, el protagonista, Keith Winton, me ha gustado mucho porque su comportamiento es natural, a veces es listo otras veces es idiota, y eso es natural. Es un buen protagonista. El resto de los personajes son muy secundarios. La chica es un estereotipo encantador en ambos universos, una belleza inteligente, editora de una revista de ficción romántica. Pero el que más gracia me ha hecho ha sido Dopelle, que lo describe como demasiado perfecto. De hecho, el protagonista piensa que si alguien le presentara un relato con un personaje como él no lo publicaría, porque no es realista que sea tan perfecto. Es buenísimo. 

Pero no solo de humor y sarcasmo se nutre este libro. La originalidad es un punto fuerte. Desde la niebla negra de la que he hablado a la inteligencia artificial Mekky. Posee el concepto de inteligencia artificial y está escrito en 1949. También me ha gustado mucho el ambiente nocturno, como de Ley Seca (que él mismo compara), con partidas clandestinas y chanchullos, se nota que también dominaba el género policíaco. Y me ha hecho especial gracia cómo describe los trajes espaciales, muy parecidos a como son ahora. Estoy investigando y, supuestamente, el primer traje espacial se diseñó en 1935 por un español. Ahí lo dejo.

Espero que os hayan entrado ganas de conocer a este autor, además Gigamesh se ha dedicado a publicar varias antologías donde están incluidas sus novelas más famosas, esta entre ellas, y relatos.

Ahora que está todo explicado, y es más difícil que os asustéis, tengo que hablar del pulp. Fredric Brown fue un autor pulp y, de hecho, esta novela lo protagoniza el editor de una revista pulp, Amazing Stories. Este autor es uno de tantos perfectos ejemplos que demuestran que el pulp no es algo minoritario, es todo lo contrario, es literatura para todo el mundo, literatura popular. También sirve para demostrar que el pulp tiene fundamento, no tiene por qué ser acción gratuita; Brown lo demuestra igual que lo hizo Bradbury, Asimov o Wells si hablamos de ciencia ficción. 
Con lo cual, este alegato quiero que sirva para que se pierda el miedo al pulp, no os vais a encontrar libros malos porque sean pulp sistemáticamente. Hay relatos más flojos o novelas más flojas, como pasa con todas los tipos de literatura, pero no por ser pulp tienen que ser cutres. Ni los clásicos ni los actuales. 

Autores que van llegando me siguen preguntando qué vuelve un escrito pulp. Esa es la pregunta del millón. Pero la base es muy sencilla: el pulp de antes eran narraciones para todos los públicos que sacaban semanalmente, tenía una alta producción, se metía prisa a los escritores para cumplir las fechas, con lo cual algunos renunciaban a un estilo depurado a cambio de centrarse en la historia en sí, convirtiéndolo en un estilo sencillo. 
Sin embargo, el pulp en general, independientemente del tiempo que tenga el escritor para escribirlo, es un tipo de literatura ágil, fluida, entretenida, con una estructura lineal para facilitar su lectura y con grandes dosis de originalidad e imaginación (ya sea aplicado a universos, entornos o situaciones). Algo que cumple este Universo de Locos y que no es en absoluto minoritario. 

A todos los que os guste la ciencia ficción, tenéis que leer a Fredric Brown. En serio, leedlo.
¡Juzga por ti mismo!

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