10 de enero de 2016

Camino a las estatuillas: Crítica de Steve Jobs, de Danny Boyle. Michael Fassbender.

Steve Jobs - Michael Fassbender. Michael Fassbender - Steve Jobs. Pero no solo es una película de Fassbender. Lo que hace especial a esta película es su narración, sus recursos; dejando a un lado o en segundo plano si te gusta o deja de gustar el señor manzana.


Es una historia que nos sabemos todos, más o menos. Así que la información aquí no es lo importante. Nos da igual cómo funciona el Mac o por qué contrata a Sculley. Por eso Danny Boyle y Aaron Sorkin manejan muy bien lo que nos cuentan, más bien mostrándonoslo, pero sobre todo se centran en cómo contarlo. Aquí es donde reside el peso y el mérito de la película, en el cómo y lo bien que funciona la narración.
Aunque por supuesto el nivel de los diálogos es intachable, siguiendo el estilo de La red social.

Desde la primera secuencia, los diez primeros segundos, ya te atrapa. Porque no hay introducción, directamente el espectador está dentro. Son treinta minutos intensos, los treinta minutos que faltan antes de la presentación del Mac; casi a tiempo real, seguimos a Steve Jobs por los pasillos del auditorio mientras habla con todos intensamente e intenta solucionar los problemas de última hora; ya sabéis, que no funcione nada.


Y es que la película se puede resumir fácilmente, o dividir, en tres presentaciones. Abarca la carrera de Jobs desde 1984 hasta 1998, cuando presenta el iMac. Pero no va de cómo lo hace, sino de cómo siente, cómo piensa y cómo ve e interactúa con los demás. Hay una escena así como a la mitad de la película, cuando presenta el cubo negro y bonito, la que discute con Sculley, que se podría haber puesto a cámara lenta omitiendo el sonido de la discusión y el mensaje hubiese sido el mismo: la intensidad, la traición, la decepción de Jobs. En serio, Michael Fassbender globo de oro/óscar mejor actor drama.


Elementos como la banda sonora y los planos de la cámara consiguen un efecto envolvente.

Como si todo esto no la hiciera una buena película, los secundarios incrementan su calidad. Sobre todo Kate Winslet y su sutileza, la fiel jefaza de marketing y comunicación que le acompaña a todas partes. Sin desmerecer a Seth Rogen, Jeff Daniels o Michael Stuhlbarg (para mí conocido por tener otro inmejorable secundario en la serie Boardwalk Empire).

Argumentalmente, creo que refleja a la perfección la "genialidad" de Jobs, qué le hizo diferente, su percepción del producto en su conjunto. Me quedo con una frasaca que podéis tacharla de soberbia o de lo que queráis: «Los artistas lideran y los peleles piden votar».

Y con una carga dramática justa, sutil y equilibrada, solo me queda recomendarla y esperar que su calidad audiovisual se refleje en galardones.

¡Juzga por ti mismo!

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