20 de septiembre de 2016

Crítica: Los hombres libres de Jones (Free state of Jones), de Gary Ross.


La Guerra de Secesión americana es como la Guerra Civil nuestra... un tema demasiado recurrente en el cine. Esta vez nos cuentan la vida de Newton Knight, un desertor sureño que crea su propio condado. Una peli histórica casi documental. 


Te puede gustar más o menos el tema, el tipo de película. La verdad es que cuando leí de qué iba, y mientras la veía, había escenas que no podían despegarse de la sombra de 12 años de esclavitud. Pero porque es inevitable compararlo, porque realmente se parecen lo que el huevo a la castaña.

El principal problema que tiene esta película es la primera hora de metraje, y el guion en general. ¿Qué pasa? Pues que muy honorablemente han querido sacar del olvido a esta figura que fue Newton Knight, han leído sobre su vida, y los huecos que les quedaban para enlazar su historia y hacerla un producto cinematográfico los han rellenado incoherentemente para cumplir las necesidades históricas de llegar del punto A al B.


No funciona. La película está muy cortada, algo que podría ser el sello distintivo de mi no-amigo Gary Ross (que tocó techo con Pleasentville), que nos mostró su no-talento cargándose la primera película de Los juegos del hambre, con esa característica suya de no-abrir el plano y dar «dinamismo» con sus barridos y movimientos de cámara. 


Pudiera haber obviado esto si hubiese tenido historia a la que agarrarme, pero no. Además, puestos a no hacer bien las cosas, han optado por el siempre manido recurso de los flashbacks. La vida de Newt se alterna con escenas del juicio de un descendiente suyo, un juicio que se carga el tempo y la tensión narrativa, porque nos cuenta demasiado pronto que va a tener un hijo con la esclava, por ejemplo. La exposición es pésima. 
Y es que no hay estructura, que es la trampa que tiene contar histórica. Lo que decía, tienes que narrar cómo llega del punto A al B. Pues estos señores, Leonard Hartman y el propio Gary Ross, lo mismo se centran en un hecho que nos saltan dos años, hay un desequilibrio permanente, ellos se han parado en lo que querían contar sin darle la más mínima estructura, ¿y qué ha sucedido? Pues que el elenco de actores, salvo McConaughey (que hace de él mismo), parece que está leyendo un papel, son títeres, porque no han desarrollado su arco, simplemente nos cuentan como si fuera una recreación ficticia de un documental, lo que hicieron esos americanos de final de siglo; se pueden sustituir por marionetas de calcetines. 



Y no ha sido por no tener buenos secundarios, como Mahershala Ali, la sobria Keri Russell, o Thomas Francis Murphy. Pero están terriblemente desaprovechados. 


Lo peor son los agujeros del guión, más notables en la primera parte de la cinta. Uno que es horrible, y que me sigue mortificando, ocurre cuando aparece su sobrino. Ya le encuentra de noche, algo complicado, pero luego su forma de huir es a través de trincheras y fuego enemigo por motivos, mientras que al día siguiente parte apaciblemente por un tranquilo camino a casa del chaval... No sé cómo llegar a B, estoy en A, usaré toda mi incoherencia para ello.


Un amigo dice que si no vas a decir nada positivo sobre algo, mejor no decir nada. Sí, pero desaprovechar los recursos me revienta, y esta película es un claro ejemplo de ello. El estilo de Gary Ross es así, te gusta o no, vale, pero el guion, ¡el guion! Y la dirección de los actores.
Lo único positivo a destacar es la parte bélica, los combates y tiroteos. Esto sí está bien hecho, y es lo que consigue que todo sea más llevadero. Las primeras escenas de trincheras, las emboscadas en los pantanos o el tiroteo entre los hombres libres y el ejército sureño hacen que el ánimo se venga arriba para luego mandarlo de nuevo a las profundidades con un par saltos de guion.


Pero ¿de qué va la puta película? Pues de Newt que deserta, se junta con esclavos, con más desertores y luego con granjeros, y hacen su propia ley hartos de que les opriman. Y, cuando acaba la guerra, se dedican (él sobre todo) a luchar por los derechos de los negros. No es un argumento nuevo, pero no está mal, y ocurrió de verdad. Da igual, es insalvable.

Seguro que Bridget hubiese sido mejor opción. Esta no merece el precio que cuesta el cine.

¡Juzga por ti mismo!

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