21 de noviembre de 2016

Reseña: Northwest Smith (Saga de Northwest de la Tierra), de Catherine L. Moore.



Northwest Smith ha sido toda una satisfacción: ciencia ficción, aventuras espaciales, dioses de todo tipo que quieren comerse al protagonista y una atmósfera muy evocadora. ¿No conoces a Northwest? Pues verás...


Se le considera la inspiración de Han Solo. Ya te he convencido, ¿verdad? Escrito y creado casi cincuenta años antes por Catherine L. Moore y publicado por entregas en revistas pulps, pero todo esto está mucho mejor explicado en el prólogo, así que os voy a contar por qué me ha gustado tanto, que a eso he venido.

Este volumen de Northwest recopila todos los relatos de este carismático personaje, todas las aventuras que escribió su autora allá por los años 30. 
Como ocurre cuando juntamos relatos de un personaje que se concibieron por separado, puede resultar repetitivo si se lee de seguido, así que recomiendo desde ya que se dosifique, porque es verdad que hay algunos parecidos.

Una vez claro esto, quién es Northwest y cómo es su universo. Northwest es un «pirata» espacial que hace trabajillos al margen de la ley. Hay tres planetas habitados: la Tierra, Marte y Venus. La mayoría de los relatos transcurren en el segundo. Una de las cosas originales es que nos muestra un planeta con diferentes zonas, donde hay distintos climas; parece muy obvio, pero, si reflexionas, es increíble cómo ahora, en las historias cifi, aunque cada planeta es de una manera, el planeta en sí es todo igual. Ejemplo: desértico, helado... Catherine hace un Marte rico y con muchas zonas, no se limita a crear un Marte de desierto rojo y ya.

El estilo de esta autora es cuidado. Los diálogos son naturales y las descripciones son ricas. Para la época puede considerarse ligero, siendo quizás más metafórico en los pasajes oníricos, sin renunciar a lo visual. Estos pasajes fueron complicados de traducir, pero leerlos es sencillo, son envolventes y muy imaginativos.


Para hablar más concretamente de algunas de las aventuras de Northwest, os diré mis favoritas: 
El polvo de los dioses: esta historia es la más completa. Empieza como si de una taberna del oeste se tratara (de Marte claro); a Northwest le acompaña su amigo Yarol, coprotagonista en muchas de sus aventuras, que es casi lo opuesto a él: le gusta meterse en líos, es temerario, impulsivo y guarda algo animal dentro que contrarresta con su aspecto de querubín. En fin, que están ellos dos en la taberna prácticamente sin dinero hasta que alguien les propone buscar algo misterioso, y peligroso, a cambio de una buena recompensa. Después de una conversación muy divertida, con diálogos afilados, aceptan. Y van a una cueva a buscarlo. La parte onírica de este relato es menor, utiliza la luz (recurso que repite en varias aventuras) como algo tangible. Me encanta un momento en especial, que llegan a donde está el polvo y Northwest es capaz de sentir el misticismo de algo antiguo y poderoso, y reflexiona sobre ello. Y cuando se da cuenta, Yarol está trepando por la estatua ajeno a todo este misticismo y la gravedad del asunto. Genial. 
El árbol de la vida es muy impactante (por el árbol). Sigue la misma estructura que la mayoría, empieza en la acción, en una misión de la que Northwest no nos habla, y se tropieza con alguien, por supuesto alguien de forma femenina. Hay que matizar que Northwest no es temerario, simplemente se encoge de hombros y se mete a ver qué pasa, así como con poco interés. Este relato es muy visual.
Y el más diferente, porque tiene menos acción quizás, es Paraíso Perdido. Me encantó porque Northwest, a través de una visión, es testigo de cómo la luna pasó a convertirse en algo seco cuando antes era verde. Es precioso, las descripciones son muy ricas, te transporta con él, es el más místico de todos, y también el más siniestro, con esos tres dioses.


Los personajes de los relatos son parecidos entre sí. Además de Northwest, que es un Han Solo, hombre de pocas palabras, aventurero... de gran fortaleza mental, porque siempre que le quieren poseer él es capaz de librarse, y de Yarol, que es el acompañante simpático de gatillo fácil, se van encontrando con personajes de todo tipo. Se suele repetir el de mujer misteriosa de raza desconocida que le pide ayuda, como Shambleau.

Una cosa que me llamó mucho la atención es que, si ignoramos que Marte es Marte, por ejemplo, con lo que sabemos hoy, estas aventuras de Northwest Smith han envejecido bastante bien. Te lo puedes imaginar con trajes espaciales actuales, igual que en los años treinta se lo imaginaron con uniformes militares, muy de La Guerra de las Galaxias. Catherine da detalles sin entrar en grandes descripciones. Lo mismo pasa con las armas de rayos azulados, sigue sonando estupendamente.

La gracia de estos relatos es que, además de poder leértelos como algo ligero, todos los dioses y criaturas están inspirados en algún mito, como Shambleau, que es la gorgona; casi todos se relacionan e inspiran en algo clásico. A ver si los descubrís.

En fin, lectura indispensable de una de las pocas mujeres que se atrevió en esa época con la cifi, calidad y diversión infinita. 

¡Juzga por ti mismo!

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